Por fin he dejado de viajar y moverme tanto en el trabajo y ahora comienza la temporada más tranquila.
Como paso más tiempo en el despacho, toca prepararse la comida para el día siguiente. Normalmente intento hacerlo el fin de semana, pues entre semana estoy bastante vaga y no me apetece encerrarme la cocina. Pero hay veces que esta vagancia se traslada también al fin de semana.... por lo que toca o comprar una ensalada en el súper o "mal-comer" un pintxo de tortilla por ahí.
Por suerte, hoy si que me apetecía cocinar y así que he preparado esta rica quiche. Probablemente ya conoceréis este famoso plato típico de la cocina francesa. Es una receta bien fácil y rica. La masa es casera, pero si no os apetece mucho ensuciaros las manos, podéis comprarla en el supermercado.
La palabra "quiche" proviene del vocablo "Küchen" en el dialecto lorenés, hablado en la región de Lorena, en la frontera con Alemania. Este término deriva a su vez del alemán Kuchen (tarta). Y es que la receta es original de esta zona. En sus orígenes, se trataba de una tarta salada abierta elaborada con masa brisa a las que se le vertía una salsa batida de nata y huevos. Su gran popularidad y divulgación internacional, hizo que a la receta original se le sumaran nuevos ingredientes dando lugar a diversas variantes de este tipo de tartas saladas.
En mi caso, he optado por hacerla de espinacas y para que no sea tan pesada (por aquello de la operación bikini), he sustituido la nata por leche evaporada. El resultado es genial, así que espero que os guste.
Cinnamon Tales |
Ingredientes:
Masa quebrada:
200 g harina
100 g mantequilla
1 huevo más 1 yema para pincelar
1 cucharadita sal
Para el relleno:
200 g bacon
200 g queso emental o gruyere
1 cucharada aceite de oliva
410 ml leche evaporada
4 huevos
Sal y pimienta y una pizca de nuez moscada
Preparación:
Lo primero de todo vamos a hacer la masa. Para ello hacemos un volcán con la harina, añadimos la mantequilla en dados, el huevo y la sal y vamos uniendo todo hasta conseguir una masa homogénea. No se debe amasar demasiado porque eso endurece la masa. Se hace una bola y se guarda en el frigorífico durante media hora envuelta en film de cocina.
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Mientras vamos a preparar el relleno. Para ello ponemos un poquito de aceite en la sartén y freímos el bacon se deja escurrir sobre papel de cocina y se reserva. Cocemos por otro lado las espinacas durante 5 minutos, escurrimos y reservamos.
En un bol, batimos los huevos y se mezclan con la leche evaporada. Sazonamos con sal y pimienta y añadimos las espinacas, el bacon y el queso.
Sacamos la masa de la nevera y extendemos la con el rodillo. Cubrimos con ella una tartera llana de base desmoldable. Recortamos los bordes y cubrimos con papel de aluminio. Ponemos garbanzos u otra semilla que pese y horneamos la masa durante 15 minutos a 180º.
Pasado este tiempo quitamos el peso y pincelamos con yema de hueva batida. Volvemos a meter en el horno 5 minutos. Así conseguiremos sellar bien la masa y evitaremos que absorba humedad del relleno.
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Sacamos del horno y añadimos finalmente el relleno. Horneamos a 180º durante una media hora o hasta que esté cuajado y dorado. Se sirve caliente pero está igualmente rico frío. En mi casa no dura más de 2 días, así que lo conservo fuera de la nevera. Si hace mucho calor, lo podéis meter dentro, pero la masa cogerá humedad y se reblandecerá.
¡Que lo disfrutéis!
Me encanta la versatilidad de la quiche. Yo tampoco empleo nata, sino leche evaporada, o en algún caso Philadelphia ligh (que sabe igual que el otro) con algo de leche. La de espinacas es una de mis favoritas.
ResponderEliminarBesos: Sol