Cinnamon Tales |
Cuando vivía en Münster, al llegar la primavera, solía ir con mi compañera de piso al campo al recoger fresas. Allí existen varias plantaciones, que cultivan fresas (y otros tipos de frutas) en grandes extensiones de campos y al llegar el tiempo de la recogida, en lugar de hacerlo ellos para luego venderlas en los mercados o grandes superficies, dejan que sea el consumidor final el que lo haga. Así, cuando llegas allí, te dan una cesta de paja para que recojas la cantidad que tu quieras. Luego, te pesan la cesta y de vuelta a casa para disfrutar de unas deliciosas fresas recién recogidas.
La verdad, desconozco de si existe algo así en España, pero me parece una gran idea. Puedes disfrutar de un día en el campo en contacto con la naturaleza y mientras tienes la oportunidad de recolectar tu mismo las frutas que te vas a llevar a casa. Si alguna vez vais a Alemania para una tiempo medianamente largo, os paso una dirección por si apetece probéis esta experiencia: Recolecta tú mismo
Bueno y ahora la recetita... las fresas no las he cogido yo misma, pero igualmente estaban riquísimas. :)
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Ingredientes:
- 240 gr harina de repostería
- 1 sobre levadura
- 190 gr azúcar blanco
- 1 cucharadita de vainilla
- 2 huevos
- 160ml leche
- 125gr mantequilla
Para la cobertura y el relleno:
- 500ml de nata líquida para montar
- 100 gr de azúcar glass
- 400gr de fresones.
Preparación:
Unas horas antes, cortamos unos 4 ó 5 fresones en trocitos pequeños y los rociamos con 2 cucharadas de azúcar blanco. Lo metemos en la nevera hastga que lo vayamos a utilizar.
Precalentamos el horno a 180º C.
En un bol, tamizamos la harina con la levadura. Batimos a parte los dos huevos. Añadimos el azúcar y la vainilla y batimos bien hasta que estén espumosos. Derretimos la mantequilla al microondas y la dejamos reposar hasta que se enfríe un poco y la incorporamos a los huevos. Vamos añadiendo los ingredientes secos y la leche alternando y batiendo muy bien hasta que no queden grumos. La masa quedará bastante líquida, pero no os asustéis pues el resultado es perfecto.
Engrasamos un molde de 20 cm con mantequilla y vertimos la masa en él dejándolo dentro del horno durante 40-45 minutos.
Dejamos enfriar y mientras preparamos la nata montada. Se monta la nata con las varillas y a mitad del montaje se añade el azúcar glass. La nata antes de montarla tiene que estar muy fría (metedla una media hora antes en congelador) para que se monte bien.
Una vez frío el bizcocho, lo cortamos en 2 mitades y rociamos con el jugo que han soltado los fresones que teníamos reservados en la nevera una de ellas. Después, untamos con parte de la nata y echamos por encima los trocitos de fresones.
Tapamos con la otra mitad y cubrimos la tarta entera con el resto de la nata. Partimos entonces el resto de fresones en láminas o mitades y vamos cubriendo la superficie del pastel para decorarlo.
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No es una tarta muy empalagosa ya que la masa tiene poco azúcar y los fresones los hemos añadido naturales, sin nada de dulce. Se conserva además perfectamente en la nevera durante 2 ó 3 días. ¡Qué la disfrutéis!
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Qué buena pinta!! Estoy deseando probarla. Y sobre lo de recolectar fresas... pues por aquí me temo que como no sea en el mercado de Cartagena lo tenemos complicado, pero habrá que seguir buscando. Un beso y enhorabuena por tu blog, entra el apetito nada más verlo :P
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